El Peón Supersónico


Artículo del periódico La Nueva España del 5 de agosto de 1998

José Manuel Martínez, albañil de Ixena (Cangas de Onís), se ha vuelto imbatible en la Porra de Enol, la prueba más dura del "atletismo rural" asturiano

Ixena (Cangas de Onís). J.M. CARBAJAL

No es Fermín Cacho, ni tampoco Abel Antón o Martín Fiz. La élite del atletismo le queda a años luz y, sin embargo, en la comarca suroriental asturiana cuenta con su propio público. Algunos ya le llaman «El peón supersónico». José Manuel Martínez Rodríguez es un joven de Ixena (Cangas de Onís) que consiguió, por tercera edición consecutiva, vencer en la prestigiosa Escalada a la Porra de Enol, que se disputa cada 25 de julio, coincidiendo con la Fiesta del Pastor.

Más que correr ascendiendo al «picu», lo que hizo Martínez- fue «volar» sobre riscos y cotollas, desafiando cualquier peligro, rumbo a la línea de meta ante la admiración del numeroso público congregado en la vega de Enol.

Martínez tiene 23 años, reside en el núcleo rural de Ixena con sus padres, Manuel y María José, y su hermano, Javier. Trabaja como operario de la construcción en las obras que actualmente se ejecutan en Covadonga y, cuando el tiempo se lo permite, ayuda a la familia en las labores ganadoras.  Después, trata de sacar algunos minutos de la ardua jornada laboral para entrenar en los alrededores del pueblo. Todo por la sana afición al deporte rural.

Hace cosa de cuatro años que José Manuel sintió el «gusanillo» de tomar parte en la subida a la Porra de Enol, esa mítica escalada pastoril que tanto promocionó en su momento José Luis González Alonso, «El guardabosques volador», de Intriago.

En aquel verano del 95, el novel José Manuel, quien pasaba la víspera de la Fiesta del Pastor de «movida» con sus amigos, decidía participar en la prueba. Volvía a ganar, una vez más, «El guardabosques volador», y Martínez Rodríguez cosechaba un meritorio cuarto puesto. Ya apuntaba.

Desde ese mismo instante la obsesión deportiva de José Manuel fue triunfar en Enol y durante los años 1996, 1997 y 1998 consiguió su objetivo. Los sabios consejos de «El guardabosques volador» le han ayudado a saborear las mieles del triunfo en la Porra de Enol. «José Luis hasido la persona que más me ha enseñado sobre los senderos adecuados para ganar.  A él le debo mucho de esas victorias», explica orgulloso «El peón supersónico».

En el domicilio familiar de Ixena, los trofeos llenan el salón. Cerca de cuarenta premios ha recibido «El peón supersónico» en otras tantas participaciones en pruebas deportivas rurales por la comarca oriental. Sin embargo, los más espectaculares y representativos son los tres «copones» del primer puesto en láTiscalada a la Porra.

La jornada laboral como peón de la construcción le impide poder entrenar con regularidad, pues considera indispensable para triunfar en las carreras rurales, casi siempre en ascensión, «estar un pocu entrenau y andar muchu po! monte», explica. Le pesa la enorme afición que atesora e intenta sacar minutos de donde puede para repetir gestas deportivas durante la temporada estival. «No tengo tiempo suficiente para prepararme », se resigna el campeón de Ixena.

«El peón supersónico» es uno de los componentes del equipo de deporte autóctono denominado «Los Traviesos», de Cangas de Onís, que inició su andadura este año en la Fiesta del Pastor, donde no tuvieron mucha fortuna en las eliminatorias del tiro de cuerda frente al equipo «Seis Conceyos», de Llariegu. Eso sí, llamaron la atención del respetable por el enorme esfuerzo que conllevaba grandiosas exclamaciones en cada momento en las tiradas.

José Manuel considera que lo más importante dentro del mundo del deporte es participar y si consigues vencer, entonces mejor. En segundo plano queda el capítulo crematístico. La cuantía económica puede llegar a ser un complemento, algo compensatorio, pero nunca un objetivo. «Reivindicamos el deporte rural autóctono», comenta el chaval de Ixena, «ese es nuestro objetivo».

En la Escalada a la Porra de Eno!, su mejor triunfo hasta la fecha y el que más satisfecho le ha dejado -«será porque fue la tercera vez que lo gano», añadió-, marcó un «crono» de ocho minutos y catorce segundos. «El guardabosques volador» ostenta todavía el récord de la prueba por debajo de los ocho minutos. «Pienso que perdurará muchos años», dice «El peón supersónico». «Para batir la marca de José Luis debes conocer muy bien el terreno, estar muy bien entrenado y, además, tener mucha suerte», sentencia